La diferencia entre vivir desde el alma y vivir solo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de percibir y aprender nuevas maneras, la tenacidad de atravesar senderos turbulentos y la paciencia de aprender el amor profundo con el tiempo.
Extracto de “Mujeres que Corren con los Lobos, de Clarissa Pinkola Estés”